Había una vez un club de fútbol que era muy bueno, pero no un poco bueno que ganaba una copa por año, era tan bueno que ganaba todas las copas por año. Se llamaba "Misiones". Los integrantes del plantel eran: La estrella, La Maravilla Negra., El Cabeza Hugo, el ebrio del equipo., Miguel, de apellido desconocido., Ventura, el payaso del grupo, entre otros.
Pero el D.T. del equipo estaba muy preocupado, porque estos jugadores no iban a durar para siempre. Él tenia una joya, un diamante en bruto en sus inferiores. Era ni mas ni menos que Edgardo Caraballo, reconocido tras en su barrio natal jugando al balón pie. El vivia en el Barrio Rivera 33 y se ganó un lugar en el equipo del barrio con su habilidad. Y no era fácil ganarse el puesto ya que ahí abundaban las estrellas com Maradona, Pelé y Cruyff.
Él ténico de Misiones se llamaba Gustavo, y era un misterio su apellido, algunos decían que era Alfaro, el heho es que no se sabía bien. Él tenia depositadas sus ezperanzas y sus millones en Edgardo Caraballo ya que cuando lo vio jugar porprimera vez y se enamoró de su juego. Gustavo lo llevó para que se pruebe en Misiones. Ahí Edgardo Caraballo pudó demostrar el talento que tenia. Ganó de todo tipo de premios en los campeonatos juveniles. Él decía que su sueño era jugar en primera A.
El día del juicio llegó para Misiones. Miguel se había retirado del fútbol por problemas familiares, El Cabeza Hugo murió por intoxicación y a Ventura lo metieron en la cárcel por contrabando de camisetas. El único que quedaba era La Maravilla Negra pero estaba tan viejo que apenas se movía. Este era el momento precisaba Edgardo en toda su vida. Era un partido más que decisivo porque si lo ganaban, iban a ganar la copa nº 100 para Misiones. El club se enfretaba con un Peñarol con muy buen equipo, acá era donde Caraballo tenia que demostrar lo que sabía. Misiones con 99 títulos y Peñarol que buscaba su primer.
Empezaba el partido, era de noche, los corazones de las personas latiann 25 veces más rapido de lo común. Todos estaban muy nerviosos en especial E. Caraballo. Primera jugada del partido, la agarra Caraballo, la pisa un poco, se la muestra al rival, cuando terrible patada a la rodilla se come a Caraballo. No no daba mas. Edgardo, con lagrimas en los ojos, se va angustadiado al vestuario. El sueño de Misones tirado al tacho de basura. Nadie podía verse a la cara, hasta que saltó Gustavo y dijo: - Vamos que somos Misiones, podemos ganar con Caraballo o sin él! - El partido concluye en un 7 - 0 para Peñarol.
Misiones en banca rota. Nadie lo podía creer, Misiones perdía todo su prestigio, y nadie podía hacer algo al respecto. Todo era tristeza, hasta que un día apareció Miramar, otro club para unirse a Misiones. El equipo volvió a funcionar. Pero desde que Edgardo Caraballo se lecionó no se lo volvió a ver.
Ahora algunos rumorean que el hijo de Edgardo se entrena entrena en el Barrio Rivera 33 para poder llegar a Miramar Misones y poder darle el título 100 ya que desde ese día no volvió a ganar otra copa.
La verdadera historia de Miramar Misiones
Por Juan Rojas
Ahí estaba Lucas Caraballo, en su casa tranquilo con su mascota, jugando a la, playstation, cuando de repente se escucha la voz de su madre,
Angelina, diciendo que su papá había llegado de trabajar. Lucas sale descontrolado tirando el control al piso para darle un fraternal y caliente abrazo a
su papi.
Como siempre Lucas esperaba a que Edgardo le cuente anécdotas de cuando él era jugador, pero esta vez no había excusas, a L.C le había llegado el
tiempo de dedicarse al fútbol, o como le decía Edgardo: el "balonpie". Él le dijo que empezare en el Barrio Rivera 33 ya que ahi era un reto jugar. Lucas
entusiasmado con la idea sale a comprarse su traje deportivo.
El sábado llega, y las calles del Barrio Rivera 33 se copan de futbolistas. Las calles eran de tierra, los arcos de madera sin pintar. Edgardo le consigue
un equipo a Lucas, era ni mas ni menos que el equipo de Carlos "el virrey" Bianchi. El equipo era impresionante, estaban: Riquelme, Ronaldinho, van
Bommel y muchas estrellas más. Ahí era donde Lucas tenia que demostrar su buen pie para jugar a la pelota. A Lucas no le costo amoldarse al equipo y
enseguida se gano la titularidad, el jugaba de 10 o de 11 como su padre.
Lucas ya jugando en el Barrio Rivera 33 puede soltarse y embocarse en su carrera como futbolista. Semanas más tarde un buscador de talentos llamado
Cristian se lo lleva a Miramar Misiones, el equipo soñado.
El Club Sportivo Miramar Misiones tenía buena calidad de jugadores, no tanto como en sus épocas de gloria pero buen equipo. Dos amigos de la infancia
de L.C. hoy se encontraban en M.M. jugando en el equipo titular. Uno era Ferrin, nieto de el ex D.T Alfaro, y otro Manuel, hijo de Miguel. El panorama
del club no andaba nada bien, ya que iba 2 en la tabla de posiciones, contando desde abajo. Estaba en la fecha 15 y tenía 15 puntos, y el último 14.
Aunque el primero tan solo tenía 27 puntos, si no hacía puntos en estos 4 partidos y Miramar Misiones ganaba todos, podían llagar a una final. El primero
era nada mas ni nada menos que el glorioso Peñarol. Aún si M.M. llegara a la final se vería las caras con Peñarol ya que la última fecha le tocaría contra
él.
Llegaba el día del partido contra Peñarol, la esperanza de Miramar Misiones de ganar todos los partidos para llegar a una final, no se había dado,
perdió todos los partidos y se estaba por ir al decenso, tenía que ganarle a Peñarol para zafar. La previa del partido era caliente, Lucas Caraballo no
había andado bien en estos partidos y Miramar Misiones requería de su habilidad para ganar.
Empezaba el partido, la mayor responsabilidad que Lucas había tenido en toda su vida. El equipo dependía de él. L.C. salía a la cancha hacía la señal de
la cruz y besa el piso. El estadio entero silbaba al pobre de Luquitas. Pitaba el juez, y empezaba a rodar la pelota por el campo de juego. Primera jugada
del partido y Peñarol convertía un gol. Ahora si L.C. ya no podía más, se le venía la hinchada abajo. Se adicionaban 2 minutos al primer tiempo. En el
último minuto, la agarraba Lucas empezaba a gambetear a pasar a todos como conos hasta que un defensor de Peñarol llamado jorge lo faja de atrás,
Lucas sabiendo lo que le había pasado a su padre enseguida se levanto y pecheo a jorge, el arbito cobra tiro libre y amonesta a ambos dos. La
oportunidad de Miramar Misiones para empatar el partido. Le pega Ferrin, la pelota sale despedida, rebota en la barrera, se le desvía al portero y se
clava en un ángulo. Los jugadores se pueden ir tranquilos al entretiempo.
Los equipos vuelven al campo de juego, empezaba el segundo tiempo. Era el partido más caliente y violento de la historia. A Miramar Misiones le habían
expulsado 4 y a Peñarol también 4. Llegaron así hasta los 90 minutos. Ahora adicionaron 5. En el último minuto del partido, la agarra Ferrin, la tira para
adelante y empieza a correr, tira el centro y Lucas, que se había cerrado, se tira de palomita y se la pone al lado del palo al arquero. Era el momento
más feliz de Lucas Caraballo, él sale festejando gritándolo con toda y sacándose la remera. Se acabó el partido, Miramar Misiones se va a la B. A Lucas
lo habían expulsado por doble amonestación porque se sacó la remera, y así Miramar Misiones perdía el partido automáticamente. Lucas se va corriendo
con la remera haciendo de paraguas por los escupitajos. El pero día de el Club Sportivo Miramar Misiones. Lucas ahí entiende que debe dejar el fútbol de
por vida, y recuperar los años de colegio, ya que el lo había abandonado para dedicarse al balonpie.